El sábado 4 de junio celebramos la Jornada de Voluntariado de Cáritas. Como los dos últimos años no hemos podido reunirnos, el reencuentro fue muy emotivo, recordando a los que nos han abandonado y dando la bienvenida a nuevos rostros que se han incorporado al equipo directivo de Cáritas Diocesana.
El lema elegido para la jornada fue: “Defender la alegría y la esperanza”
El ponente Luis Aranguren Gonzalo hizo una reflexión: “El mundo se ha parado, la pandemia nos hizo ver que formamos parte de un pueblo global de más de 7.000 millones de habitantes”. “Cuando uno vive esta situación, te das cuenta de lo poco que eres y al mismo tiempo, de lo grande que es Dios concediéndonos el don de la vida”.
Cáritas se abre a nuevas posibilidades, descubrir el voluntariado como una forma de pensar y de vivir de otro modo: la normalidad alternativa… se trata de apoyarse en el trozo de bondad que cada uno posee. Somos sanadores heridos: acompañamos desde la vulnerabilidad que nos constituye. Estamos sostenidos y estamos sosteniendo la fragilidad de otros.
Necesitamos un nuevo aire:
- Escuchar (haciendo silencio)
- Identificar la vulnerabilidad (sin derrotismos)
- Intensificar nuestra humanidad (dejarnos hacer)
- Sabernos resilientes (descubriendo nuestros propios recursos)
- Alegres desde la integración de las pérdidas (aceptación cordial y agradecida)
Después tuvimos un rato de diálogo grupal por arciprestazgos donde reconocimos que ha habido momentos de sentirnos incapaces, pero Dios nos ha ido dando fuerzas a todos, llegando a la conclusión de que ¡SOMOS INSTRUMENTOS EN LAS MANOS DE DIOS!
Terminamos la Jornada con la Eucaristía presidida por el Vicario episcopal de Pastoral caritativa y social D. Aurelio Carrasquilla, que en su homilía nos hizo una llamada a hacer presente el Amor de Dios caminando juntos, tenemos que unir fuerzas para seguir adelante, empezar siempre poniéndonos en la presencia de Dios, para que Dios nos haga tener esperanza.
La Caridad y el amor no se pueden hacer a través de una pantalla, no se puede dar un abrazo a través de una pantalla… la ternura de Dios se hace con pequeños gestos.
“Adelante, siempre adelante, por Cristo y las almas”.